martes, 23 de agosto de 2011

LOS FAZENDEIROS PARAGUAYOS

El diputado colorado Magdaleno Silva no es el único que pudo cumplir el sueño de la estancia propia, adueñándose de tierras de asentamientos destinados a la reforma agraria, dentro de las 220.000 hectáreas expropiadas al empresario Roberto Antebi en 1995, en los departamentos de Amambay y Concepción.

Además de varios dirigentes políticos, comerciantes y empresarios paraguayos que adquirieron derecheras (ocupaciones) para establecer sus estancias ganaderas en las fincas administradas por el Instituto de Desarrollo Rural y de la Tierra (Indert), en los últimos años se produjo una verdadera invasión de ciudadanos brasileños adinerados, que han ido presionando a los campesinos paraguayos para que les vendan sus ocupaciones.

"Más del 30 por ciento de las tierras agrícolas que se entregaron a campesinos paraguayos ya están en manos de grandes estancieros brasileños. Los campesinos no tienen más opción que vender, porque, por un lado, son presionados, y, por otra parte, se sienten abandonados por el Gobierno. Viven en la miseria. No hay acciones de desarrollo. Acaban vendiendo", afirma Miguel Louteiro Echeverría, intendente municipal de Bella Vista Norte, Amambay, a cuyo distrito pertenecen cuatro asentamientos establecidos en las tierras de Antebi Cué: Rinconada, Nueva Esperanza, San Pedro y San Isidro.

VIOLACIÓN LEGAL. Aunque la Ley 2532/05 prohíbe expresamente que ciudadanos extranjeros puedan adquirir tierras dentro de los 50 kilómetros de la franja de seguridad fronteriza, los "fazendeiros" o estancieros brasileños se están quedando con las mejores tierras cercanas al río Apa, que divide a Paraguay con Brasil en la región norte. En muchos casos, las propiedades llegan hasta la misma frontera.
Entre los "fazendeiros" instalados en tierras de Antebi Cué se mencionan nombres de políticos poderosos, como el exprefecto (intendente) municipal de Ponta Porá (ciudad vecina a Pedro Juan Caballero) y ex diputado estadual del Estado de Mato Grosso do Sul, Oscar Galdoni, o de Antonio Carlos de Angulo, exprefecto de la ciudad brasileña de Caracol, vecina a la paraguaya San Carlos del Río Apa.

LEY DE FRONTERA. El intendente de Bella Vista, Miguel Louteiro, confirma que gran parte de los asentamientos del Indert en las tierras de Antebi Cué se han convertido en territorios dominados por la mafia fronteriza, pero prefiere no entrar en detalles en lo referente al tema, por temor a represalias.
"Esto lo saben las autoridades del Indert y del Gobierno. No tienen cómo no saberlo. Aquí se fue instalando una situación muy difícil de manejar. Yo prefiero no meterme. Hay gente muy poderosa, gente de Ponta Porá. Aquí rige la ley de la frontera, ya hubo muertes. Yo no quiero andar como el senador por Amambay, Robert Acevedo, que tras un atentado contra su vida tiene que moverse con varios guardaespaldas. De que sirve que te consideren el mártir de Antebi Cué. No vale la pena", señala el líder comunal.

El problema es que no ha existido ni existe un proyecto serio de reforma agraria, ni de este Gobierno ni de los Gobiernos anteriores, afirma Louteiro.

"Ahora dicen que quieren recuperar algunas tierras, como las del diputado Magdaleno Silva, y reformular los asentamientos, pero no servirá de nada si no hay una voluntad firme del Gobierno de imponer la ley y la presencia del Estado. No sirve de nada tirar a los campesinos en una tierra, con una azada. De qué van a vivir. En cinco años van a vender todo otra vez. Esa no es la solución", asegura el intendente de Bella Vista Norte.

DROGAS, TRÁFICO Y AGUANTADERO. A medida que nos aproximamos a los asentamientos de Antebi Cué, en el polvoriento camino nos cruzamos con vehículos transganados repletos de animales vacunos, con camiones de cargas que transportaban pesados rollos de madera.
"Las tierras de Antebi Cué se han convertido en territorios de la mafia. Aquí hay desde prósperos estancieros que se adueñaron ilegalmente de las tierras, comprando las derecheras a los campesinos con presiones y amenazas, hasta traficantes de rollos que están terminando de deforestar el Parque Nacional Paso Bravo. También se usa como aguantadero donde se refugian muchos narcotraficantes brasileños", explica Miguel, un agente policial con muchos años de servicio en el Amambay.

Una precaria subcomisaría policial está instalada en Antebi Cué. En las cuatro oportunidades en que llegamos, ninguno de los agentes se encontraba. Tomado del  Diario Última Hora.